A lo largo del tiempo, en las escuelas se nos hizo creer que los primeros en descubrir América fueron los españoles. Dónde el debate giraba en torno a Américo Vespucio y Cristóbal Colón, pero ¿qué pasaría si ninguna de las respuestas anteriores fuera la correcta?
Te puede interesar: Sujeto en silla de ruedas ataca con un pastel a la Mona Lisa
Esta incógnita es la que buscó resolver Cuahutémoc Sánchez Osio, investigador y experto en Historia del Arte con su trabajo “Pasado verdadero de América”, expuesto en la Fundación Casa del Poeta.
En esta investigación planteó la posibilidad de que la cultura china llegó a las costas mexicanas, más de 3000 años antes de la famosa fecha marcada del 12 de octubre de 1492, “Día de la raza”, también conocido como “Día de la Hispanidad” o “Día de la Resistencia Indígena”.
El planteamiento inicial giró en torno a la cartografía, dónde se tiene conocimiento de más de 20 mapas europeos, asiáticos y árabes que brindaban referencias, aunque rudimentarias, del llamado nuevo mundo. Esto pondría en tela de duda desde cuándo y cómo se pudieron obtener los datos orográficos con los que Colón y Vespucio pudieron ubicarse para llegar a las entonces mal llamadas “Indias”.
Puedes revisar: ¡Últimos días de Hot Sale en Walmart!
Pero las preguntas son: ¿Cómo y por qué llegaron los chinos?
El experto consideró que la cultura china, al ser una de las más antiguas de la humanidad, tenían la tecnología –propia de ese tiempo– de navegación y del uso de velas para largos viajes. Dado que esta civilización se consideró pionera en la construcción de barcos, los cuales datan desde el 600 A.C
El porqué este pueblo consideró llegar a América tiene relación con la caída de la Dinastía Shang. El investigador marcó un lapso en la historia de las Dinastías chinas, en especifico la Shang que cayó a manos del imperio Zhou en el 1048 A.C. Este derrocamiento provocó la desaparición de este dominio y la huida de los sobrevivientes hacia el sureste de China, donde se embarcarían en un viaje hacia un lugar conocido como “FuZang”.
En su hipótesis, la corriente natural marítima proveniente del sur de China los guiaría hacía el norte del globo para después bajar por Alaska directo hacía el sur de América, 4300 millas después del punto de partida. Ahí es donde encontrarían la tierra de “FuZang” palabra que tiene la traducción de “Tierra más allá del mar”.
En los registros descritos en esa época, se describió a FuZang: “El lugar era rico en cobre y con vestigios de oro y plata, pero no de hierro. Las tribus nativas en FuZang eran civilizadas y viven en comunidades bien organizadas…”. La conclusión a la que este investigador llegó fue que la civilización que tuvo ese choque con la cultura china fueron los olmecas.
Debido a que este periodo, donde se da esta unión de civilizaciones, tiene en común el máximo esplendor del Imperio Olmeca, que data entre los años 1000 a 400 A.C. Por lo que Sánchez Osio aludió a que la dinastía Shang ayudó en el desarrollo y florecimiento de la cultura madre, 3000 años antes de la llegada de los colonizadores europeos.
El licenciado expuso una serie de similitudes alrededor del basto territorio centro y sudamericano. Mediante estructuras arqueológicas como figurillas olmecas, que tienen rasgos orientales o las colosales cabezas talladas en piedra con aspectos negroides; que en su perspectiva hacían referencia a los africanos esclavos de las embarcaciones orientales.
Te puede interesar: AMLO felicita a Checo Pérez y al Atlas por sus triunfos
Así como datos astronómicos de los calendarios chinos, aztecas y mayas, que son igualmente basados en ciclo lunar y solar. Por el lado de la medicina, las similitudes giraron en torno a la acupuntura china y la maya y el aprovechamiento de la herbolaria. Por si fuera poco, hizo referencia a las regiones andinas y el método de agricultura por terrazas en Perú, pero que son originarías de Asia.
Con todos estos datos, este ponente hizo un llamado a la SEP para reformular los libros de texto y a encontrar “nuestra verdad”, mediante diferentes perspectivas: “Somos muy conservadores y preferimos las mentiras antiguas, que las verdades nuevas”, concluyó Sánchez Osio.
También aseguró que tiene la iniciativa de desarrollar un blog donde compartirá más información al respecto y reconoció el interés de la Asociación Mexicana de Cine de llevar estos hallazgos a una película.
