Empleos precarios y mal pagados, puestos en condiciones críticas y más de 30 millones de mexicanos en la informalidad, son los retos o deudas que deberá resolver el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuyas actividades inician el 1 de diciembre próximo.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) evidenció que la administración entrante enfrentará una serie de claroscuros en materia laboral; con 4.1 millones plazas registradas ante el IMSS, que “no necesariamente representan la creación de nuevos empleos”.
Con 561 mil personas que dejaron las filas del desempleo entre diciembre de 2012 y tercer trimestre de 2018; pero con 2.6 millones de hombres y mujeres con algún tipo de ocupación, donde no les ofrecen servicios de salud o prestaciones.
“Evidentemente hay una mejora constante en el aumento de la población ocupada, con los 4.1 millones de plazas reportadas en el IMSS durante los últimos seis años; pero también es claro que ésta no se ha beneficiado de empleos de calidad», señaló el CEESP.
Además del cierre o cancelación de casi tres millones de empleos que pagaban más de dos salarios mínimos mensuales; y la apertura de seis millones de puestos que apenas cubren entre uno y máximo dos minisalarios.
“La mayor parte de la creación de nuevos puestos de trabajo se sigue concentrando en los niveles salariales más bajos; y un elevado porcentaje aún labora sin acceso a servicios de salud”, puntualizó el organismo empresarial.
Nuevos empleos que no son nuevos

A través de su informe semanal Análisis Económico Ejecutivo, el organismo explicó que –de acuerdo los estudios del Inegi– de las 4.1 millones de plazas registradas ante el IMSS, en los últimos seis años, sólo 2.6 millones corresponderían a nuevos empleos.
Mientras que 1.5 millones ya existían en la informalidad: en puestos callejeros, negocios que no pagan impuestos y entidades de gobierno que no ofrecen contratos; los cuales sólo se registraron al Seguro Social, a través del Programa de Formalización del Empleo, instrumentado sexenio actual.
“Las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que entre el cierre del 2012 y el tercer trimestre del 2018, el número de registros aumentó en 4.1 millones.
“Mientras que la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) , publicada por el Inegi, reporta un incremento de 2.6 millones de empleos con accesos a seguridad social; lo que parece indicar que 1.5 millones de personas ya estaban ocupadas y sólo se registraron a la seguridad social”, apuntó.
Los anterior significa que apenas 63.4% de las nuevas plazas del sexenio son realmente nuevas; contra 37.6% que ya existía y estaban contabilizadas como actividades que se desarrollaban en la informalidad.
Precarización de empleos e ingresos

Al referirse a la precarización del empleo, el CEESP señaló que tal condición se hace “más evidente” cuando se observa la evolución del indicador de ocupación en condiciones críticas, publicado en la ENOE.
Explicó que en dicho índice se concentra la población ocupada que está trabajando menos de 35 horas a la semana; más la que labora más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo.
Además del sector que trabaja más de 48 horas a la semana; ganando hasta dos salarios mínimos. Este “universo aumentó en 2.7 millones de personas en el sexenio actual; después de que en durante el periodo pasado creciera sólo en 510 mil”.
El CEESP refirió que el universo de ocupados con ingresos de hasta dos salarios mínimos creció en seis millones de personas; en tanto que las plazas con ingresos superiores a dos salarios cayó casi tres millones. “Lo que muestra la precariedad de las nuevas contrataciones”.
Desafíos para el gobierno de AMLO

A menos de una semana de que AMLO tome posesión, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, señaló que Enrique Peña Nieto deja un país estable en materia económica; pese al difícil entorno económico global actual.
A través del documento La Voz del CCE, estimó que este gobierno deja un legado importante por preservar como las reformas estructurales; la apertura del mercado energético y una mayor competencia en industrias estratégicas como la de telecomunicaciones.
Destacó que el gobierno saliente hereda una inflación promedio estable y 35 trimestres continuos de crecimiento económico; sin embrago, señaló que la nueva administración debe superar los siguientes desafíos:
- Niveles récord de inseguridad y violencia en país. “México no puede crecer económicamente si el clima de negocios está enrarecido por la delincuencia y la impunidad”, manifestó Castañón, quien llamó a reconocer la debilidad del Estado de Derecho.
- Una profunda crisis de confianza en la autoridad y en las instituciones del país; generada por la dificultad para hacer cumplir el marco legal. “Sólo en un entorno de estabilidad económica, con confianza y certidumbre para la inversión y la generación de empleo; podemos elevar el bienestar y reducir la desigualdad”.
- Construir un país con un crecimiento económico más acelerado y, sobre todo, más incluyente. Por ello, Castañón Castañón urgió a conciliar las grandes inversiones y programas que la sociedad espera; con la necesidad de mantener la salud de las finanzas públicas.