El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco denunció el hallazgo de un presunto crematorio clandestino y campo de exterminio vinculado al crimen organizado en la Sierra del Águila, en los límites entre los municipios de Ahualulco y Teuchitlán. El sitio habría sido utilizado para incinerar cuerpos y ejecutar personas, según testimonios anónimos y evidencia encontrada en la zona.
Durante una transmisión en vivo realizada el pasado martes, integrantes del colectivo mostraron los restos localizados: huesos humanos calcinados, fragmentos de cráneos, mandíbulas, molares y dientes, esparcidos entre árboles quemados y estructuras metálicas.
También reportaron la presencia de casquillos percutidos de arma larga y sillas con impactos de bala, lo que reforzaría la hipótesis de que el lugar fue escenario de actos de extrema violencia.

Denuncia anónima
Indira Navarro, lideresa de Guerreros Buscadores, confirmó que los restos hallados corresponden a seres humanos, descartando que fueran de origen animal. Señaló que el sitio fue identificado gracias a una denuncia anónima, la cual describía cómo presuntas víctimas eran atadas a árboles y quemadas vivas, y que el espacio era también utilizado como campamento de entrenamiento para criminales.
Vecinos de la zona habrían reportado llamas encendidas durante varios días, lo que coincide con otros indicios de calcinación en el terreno. Este hallazgo se suma a una creciente lista de sitios de exterminio en el estado, lo que, según el colectivo, posiciona a Jalisco como “la fosa más grande del país”.

Piden investigar el sitio
El grupo entregó las coordenadas y evidencias a las autoridades estatales, y pidió que se realicen acciones inmediatas de búsqueda e identificación genética, incluyendo análisis mitocondriales para reconocer a las víctimas. Sin embargo, criticaron la inacción del gobierno de Jalisco, acusando que en muchos casos se desestiman las desapariciones con el argumento de que “sin cuerpo no hay delito”.
Este descubrimiento se suma a otros reportes recientes en la misma región. En marzo de este año, Guerreros Buscadores localizó restos calcinados y cerca de 400 zapatos en el Rancho Izaguirre, también en Teuchitlán. Además, el pasado 3 de julio, hallaron otro presunto crematorio clandestino en una finca abandonada en Tlajomulco.
El colectivo reiteró que seguirá documentando e interviniendo en la búsqueda de personas desaparecidas, ante lo que consideran un abandono institucional y una crisis humanitaria que continúa sin respuesta efectiva.