Trabajadoras del hogar piden que el seguro social sea obligatorio, con ello un contrato escrito que garantice este y otros derechos laborales. La pandemia además visibilizó otras desigualdades y violencia que se vive en los hogares.
Con el inicio de la emergencia sanitaria, Cecilia Reyes perdió su empleo como vendedora en una tienda de regalos y perfumes, pues al no se considerada una actividad comercial esencial, tuvo que cerrar cuando lo indicaron las autoridades y fue despedida.
Luego, encontró empleo como trabajadora doméstica y la situación para ella fue complicada, ya que era la primera vez que hacía esta labor y no sabía que podía enfrentarse a temas de discriminación y falta de prestaciones.
“Yo llegué con la necesidad, pero no me imaginé que me iban a pagar tan poco, recibía 150 pesos diarios, pero a veces trabajaba más de ocho horas, no respetaban días, me llamaban de última hora, pero pues no me quedaba de otra”.
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Aunque no se manifieste, consideró que hay discriminación hacia este sector, pues mencionó que estando en un hogar la familia ignora su presencia, hay miradas o comentarios que las incomodan, y “se asume un papel de mujer sumisa” que en otros trabajos no sucede.
Anita Gómez hace limpieza en casas y en oficinas desde hace cuatro años, al igual que Cecilia considera que su labor debería ser más reconocido y que el Gobierno estableciera un mejor salario, además de hacer obligatorio el seguro social o de gastos médico por accidente.
En su caso, durante los meses más graves de la pandemia, sus jefes no le ofrecieron algún apoyo adicional para enfrentar la crisis, por el contrario le disminuyeron el sueldo a un 50%, pero “como no había trabajo me tuve que quedar”.
Pero también, tuvo que enfrentar los conflictos entre pareja de una de las familias con las que trabaja, pues a pesar de que, dijo, ellos han sido amables con ella, discutían constantemente.
“Ellos me han dicho que por lo que yo vea no me sienta incomoda, ‘me quieras dar las gracias, no, contigo es diferente, tenemos problemas como toda pareja, pero tú no te sientas incomoda’ no nos gustaría que te fueras’, me decían”.

Los números
- Afiliadas al IMSS en Puebla: 651 trabajadoras, al corte del 31 de julio de este año.
- Salario: promedio dos mil 801 pesos, es decir, apenas 700 pesos a la semana.
- En México: solo el 2% de trabajadoras tiene seguridad social; el 99.2% no cuenta con un contrato y el 98.3% no tiene acceso a servicios de salud pública.
- Además, el 71.3% no recibe alguna prestación en su trabajo (vacaciones pagadas o aguinaldo) y el 50.7% viven en condiciones de pobreza.
Este sábado, trabajadoras del hogar se unieron para exigir a las autoridades la obligatoriedad de derechos laborales, así como mecanismos que permitan evitar abusos, malos tratos y casos de acoso sexual.
“En los últimos tres años han ocurrido cambios en materia de reconocimiento de los derechos de las personas trabajadoras del hogar, no obstante existe una brecha en lo que estipulan las normas jurídicas y garantizar los derechos del sector”.
— Iliana Ramírez, empleada doméstica e integrante del Colectivo Trabajadoras del Hogar Puebla
Si bien ya se puede afiliar al IMSS a las trabajadoras del hogar para que cuenten con seguridad social, el trámite es opcional, más no obligatorio, pues esto implicaría pagar mejor salario e impuestos.
A su vez, Cristina Román subrayó que la pandemia por Coronavirus agudizó la precariedad laboral a la que se enfrentan y acusó que en varias ocasiones son víctimas de explotación laboral por parte de sus empleadores.
¿Cómo se paga el aguinaldo?
El salario diario por quince días, luego el resultado se divide entre los 12 meses del año y luego se multiplica por el número de meses laborados durante el año.
El artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo establece que: “los trabajadores tendrán derecho a un aguinaldo anual que deberá pagarse antes del día veinte de diciembre, equivalente a quince días de salario, por lo menos”.
Para las que no hayan cumplido el año de servicios, tendrán derecho a que se les pague la parte proporcional del mismo, aunque se encuentren laborando o no en la fecha de liquidación del aguinaldo.