A pesar de que el inicio del año nos presenta enormes desafíos en materia de salud por la cuarta ola de Covid que aún no se reconoce, y la falta de información por parte de las autoridades para protegernos; de la falta de trabajo bien pagado y de compromisos económicos personales por las fiestas decembrinas, no deja de ser importante el calendario político electoral que se hará presente desde los primeros días de este primer mes del año. El 5 de junio tendremos elecciones para Gobernador en 6 estados del país: Aguascalientes que actualmente gobierna el PAN, Durango (PAN), Hidalgo, (PRI), Oaxaca (PRI), Quintana Roo (PAN) y Tamaulipas (PAN).
Mientras se escenifica el gran show de la revocación promovida por el presidente para llevarse a cabo en abril o mayo, estaremos teniendo procesos electorales en los estados mencionados, lo que representará una doble campaña política y aunque solamente habrá votaciones en una quinta parte del territorio, este primer semestre estará lleno de dimes y diretes políticos como el que presenciamos el pasado diciembre entre los diputados de la mayoría y el INE.
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A pesar de que la etapa de precampañas inicia en esta primera semana de enero y termina el 10 de febrero, las dos coaliciones que disputarán los cargos prácticamente han definido a sus candidatas y candidatos; por parte de Morena el 23 de diciembre se anunció que gracias a las encuestas realizadas se pudo definir a quienes los representarán en la contienda, lo que ha provocado no pocas inconformidades en los seis estados por parte de los no favorecidos, que seguramente llegarán al Tribunal Electoral, aunque sea un asunto interno. En el caso de la coalición opositora del PAN, PRI y PRD se dijo que irán con candidatura común por lo menos en cuatro estados y los candidatos se definirán por los tres partidos, por encuesta también o por acuerdo de unidad.
El arribo de las encuestas como método para la designación de los candidatos elimina la posibilidad de que exista democracia interna dentro de los partidos políticos, no existe una competencia para definir al mejor o a la mejor, simplemente la encuesta pone o la encuesta quita sin que alguna autoridad externa pueda validar ni la metodología ni la seriedad de la empresa que la realiza, queda el más conocido pero no necesariamente el que tenga las mejores propuestas o mas experiencia para gobernar, la etapa de precampaña por lo tanto ha dejado de ser importante para definir candidatos y se ha convertido solamente en un riesgo para los partidos.
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No queda claro que harán los candidatos de ambas coaliciones para Gobernadora o Gobernador en la etapa de la precampaña, es decir si ya se sabe que serán ellas o ellos ¿para qué hacer precampaña? lo cierto es que según la ley aunque se les denomine coordinadores de la 4T, cualquier reunión, mitin o propaganda que se realice por ellos o los partidos políticos en este periodo, deberá de contabilizarse para el informe de precampaña que se tendrá que entregar a mas tardar el próximo 13 de febrero, so pena de que en caso de no hacerlo puedan perder el registro para la campaña respectiva, justo lo que le paso a Morena en los estados de Guerrero y Michoacán el año pasado, que tuvo como consecuencia todo el drama de amenazas y descalificaciones en contra del INE que ya conocemos.
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Por otro lado, pero al mismo tiempo, en el mes de febrero se sabrá si se juntaron los 2.8 millones de firmas validas para el revocatorio y el mínimo de 3% en 17 estados, recordemos que hasta ahora van 1.5 millones de firmas, pero solo en 8 estados, habrá que esperar, pero lo cierto es que, a pesar de nuestras preocupaciones personales, para quien quiera distraerse habrá show político y drama electoral promovido desde el pulpito presidencial, para un buen rato.